"Porque sin duda alguna... el amor prohibido... es el más placentero..."

jueves, 26 de mayo de 2011

Primer capitulo de Bloodlines

Hoy Caty, creadora del blog Cosas de Caty, ha colgado la tradución del primer capitulo de bloodlines. Pensaba colgarlo aqui en el blog pero quizas hay alguien que aun no haya leido el libro y se va a tomar con un gran spoiler. Por eso lo he puesto en el foro, para leerlo den click aqui

Capítulo 1

No podía respirar.

Una mano cubría mi boca y otra me sacudía por el hombro, sacándome de mi pesado sueño. Pensamientos frenéticos pasaron por mi mente en un simple latido. Estaba sucediendo. Mi peor pesadilla se volvía realidad.

¡Están aquí! ¡Vinieron por mí!

Mis ojos pestañearon, mirando desesperados por la habitación oscura hasta que enfoqué el rostro de mi padre. Detuve mis miedos, completamente confundida. Él me soltó y se alejó para mirarme fríamente. Me senté en la cama, con el corazón aún agitado.

“¿Papá?”

“Sydney. No te despertabas.”

Naturalmente, esa era su única disculpa por haberme dado un susto de muerte.

“Tienes que vestirte y ponerte presentable,” continuó. “Rápido y en silencio. Encuéntrame abajo en el estudio.”

Mis ojos se abrieron de par en par pero no dudé en responder. Solo había una respuesta aceptable. “Sí, señor. Por supuesto.”

“Iré a despertar a tu hermana” él se dio la vuelta hacia la puerta, y me levanté de la cama.

“¿Zoe?” exclamé. “¿para qué la necesitas?”

“Shh,” reprendió “Date prisa y prepárate. Y recuerda -en silencio. No despiertes a tu madre.”

Cerró la puerta sin una palabra más, dejándome mirando la puerta. El pánico que había desaparecido comenzó a surgir nuevamente. ¿Para qué necesitaría a Zoe? Un llamado nocturno solo significaba asuntos Alquimistas, y ella no tenía nada que ver con eso.

Técnicamente yo tampoco, no desde que me habían suspendido indefinidamente por mala conducta este verano. ¿Y qué si se trataba de eso? ¿Y si finalmente me llevaban a un centro de re-educación y Zoe me reemplazaba?

Por un momento, el mundo dio vueltas a mi alrededor, y me aferré a la cama para mantenerme en pie. Centros de re-educación. Eran motivo de pesadillas para jóvenes alquimistas como yo, lugares misteriosos donde aquellos que se acercaban demasiado a los vampiros eran dejados para aprender de sus errores. Lo que pasaba exactamente allí era un secreto, uno que nunca quería descubrir. Estaba bastante segura que “re-educación” era una linda manera de decir “lavado de cerebro”. Solo había visto a una persona salir de allí, y honestamente, parecía la mitad de una persona. Tenía un aire de zombie, y ni siquiera quería pensar qué le habrían hecho para dejarlo así.

La urgencia de mi padre para que me apurara retumbó en mi mente, y traté de alejar mis miedos. Recordando su otra advertencia, también me aseguré de moverme en silencio. Mi madre tenía el sueño ligero. Normalmente, no importaba si nos atrapaba yéndonos a alguna misión Alquimista, pero últimamente, no estaba siendo muy amable con los empleados de su esposo (e hijas). Desde que unos enojados Alquimistas me habían depositado en la puerta de casa el mes pasado, esta casa tenía toda la calidez de una prisión.

Se habían reducido las terribles discusiones entre mis padres, y mi hermana Zoey y yo a menudo nos encontrábamos espiando de puntitas de pie.

Zoe.

¿Para qué necesita a Zoe?

La pregunta retumbaba mientras me apresuraba a vestirme. Sabía lo que “presentable” significaba. Jeans y una remera estaban fuera de discusión. En vez de eso, me puse pantalones grises, y una camisa blanca. Con una cardigan gris oscuro, el cual rodeé con un cinturón negro. Una pequeña cruz dorada -la cual siempre llevaba alrededor de mi cuello- era la única decoración con la que me molestaba.

Mi cabello era un problema más grande. Incluso después de haber dormido dos horas, iba para todas direcciones. Lo peiné lo mejor que pude y luego lo cubrí con una capa de spray con la esperanza de que fuera suficiente para lo que sea que estaba por venir. Un poco de polvo para el rostro fue el único maquillaje que me puse. No tenía tiempo para nada más.

El proceso entero me llevó seis minutos, lo cual era un nuevo record para mí. Bajé las escaleras en perfecto silencio, despacio, nuevamente, para no despertar a mi madre. El living estaba oscuro, pero salía luz a través de la puerta casi cerrada del estudio de mi padre. Tomando eso como una invitación, empujé la puerta y entré. Una conversación a susurros se detuvo cuando entré. Mi padre me miró de pies a cabeza y mostró su aprobación hacia mi apariencia en la manera que mejor sabía: sin dar críticas.

“Sydney” dijo bruscamente. “Creo que conoces a Donna Stanton.”

La formidable alquimista estaba parada cerca de la ventana, los brazos cruzados, luciendo tan ruda y esbelta como recordaba. Había pasado mucho tiempo con Stanton recientemente, aunque difícilmente diría que éramos amigas -en especial dadas ciertas acciones mías que nos habían puesto a ambas bajo una especie de “arresto domiciliario de vampiros”. Si tenían algún tipo de resentimiento hacia mí, no lo demostraba. Asintió hacia mí a modo de saludo, su rostro todo negocios.

Otros tres alquimistas estaban allí también, todos hombres. Fueron introducidos como Barnes, Michaelson y Horowitz. Barnes y Micahelson eran de la edad de mi padre y Stanton. Horowitz era más joven, en sus veintes, y estaba acomodando herramientas para tatuar. Todos estaban vestidos como yo, llevando ropa de negocios en colores indeterminados. Nuestro objetivo era siempre lucir bien pero sin atraer atención. Los Alquimistas jugaron a ser Hombres de Negro por siglos, mucho antes de que los humanos pudieran soñar con otros mundos. Cuando la luz los golpeó en el lugar correcto, cada Alquimista exponía un tatuaje de lirio idéntico al mío.

Nuevamente, mi malestar creció. ¿Esto era una especie de interrogación? ¿Una prueba para ver si mi decisión al ayudar a una renegada mitad-vampiro significaba que mi lealtad había cambiado?Crucé mis brazos sobre el pecho y mantuve mi rostro neutro, esperando lucir tranquila y confiada. Si aún tenía la oportunidad de alegar mi caso, tenía la intención de presentar un hecho sólido. Antes que ninguno pudiera formular una palabra, Zoe entró. Cerró la puerta y miró a su alrededor con terror, sus ojos abiertos de par en par. El estudio de nuestro padre enorme -había construido una adición a nuestra casa para ello- y fácilmente podía resguardar a todos los ocupantes. Pero mientras miraba a mi hermana observar la escena, sabía que se sentía ahogada y atrapada. La miré y traté de enviarle mensajes silenciosos de simpatía. Debió haber funcionado porque se apresuró a mi lado, pareciendo menos asustada.

“Zoe,” dijo mi padre. Dejó su nombre en el aire en este modo que tenía, dejándonos en claro que estaba decepcionado. Podía adivinar inmediatamente por qué. Ella llevaba jeans y una vieja remera y tenía su cabello en dos tiernas trenzas. En los standares de otra persona, estaba “presentable” -pero no para él. La sentí acobardarse contra mí, y traté de hacerme más alta y más protectiva. Después de asegurar que su disgusto estaba asentado, nuestro padre introdujo a Zoe a los demás. Stanton le dio el mismo asentimiento que me había dado a mí y luego se volvió hacia mi padre.

“No lo entiendo, Jared.” dijo Stanton. “¿Cuál de ellas vas a utilizar?”

“Bueno, ese es el problema,” dijo mi padre. “Zoe fue requerida… pero no estoy seguro de que esté lista. De hecho, se que no lo está. Solo tuve el entrenamiento básico. Pero dadas las recientes… experiencias de Sydney…”

Mi mente inmediatamente comenzó a juntar las piezas. Primero, y más importante, parecía que no me mandarían a un centro de re-educación. No aún, al menos. Esto era por otra cosa. Mi anterior sospecha era correcta. Había alguna misión o tarea en marcha, y alguien quería incluir a Zoe porque ella, al contrario de ciertos miembros de su familia, no tenía historia de haber traicionado a los Alquimistas. Mi padre estaba en lo correcto en que solo había recibido la instrucción básica. Nuestros trabajos eran hereditarios, y yo había sido elegida un año atrás como la próxima Alquimista en la familia Sage. Mi hermana mayor, Carly, había sido descartada y ahora estaba en la universidad y era demasiado mayor. Él le había enseñado a Zoe como respaldo, por si algo llegaba a ocurrirme, como un accidente de auto ó mutilación vampírica.

Di un paso adelante, sin saber que iba a decir hasta que hablara. La única cosa que sabía con certeza era que no podía dejar que Zoe se involucrara con los Alquimistas. Temía por su seguridad más que por ser enviada a un centro de re-educación -y tenía bastante miedo de eso. “Hablé a un comité acerca de mis acciones después de que ocurrieron, dije. “Tenía la impresión de que habían entendido por qué hice lo que hice. Estoy totalmente calificada para servir en cualquier manera que necesiten -mucho más que mi hermana. Tenía experiencia en el mundo real. Conozco este trabajo de adentro hacia fuera.”

“Demasiada experiencia, si recuerdo bien,” dijo Stanton.

“A mí me gustaría escuchar sus “razones” otra vez.” dijo Barnes, usando sus dedos para hacer comillas en el aire. “No estoy entusiasmado de mandar a una chica a medio entrenar, pero también me cuesta crees que alguien que ayudó a un criminal vampiro esté ‘completamente calificado para servir’” Más comillas pretenciosas.

Sonreí con complacencia, ocultando mi ira. Si mostraba mis verdaderas emociones, no ayudaría mi caso. “Lo entiendo, señor. Pero Rose Hathaway eventualmente fue encontrada inocente del crimen del que estaba acusada. Así que, técnicamente no estaba ayudando a una criminal. Mis acciones eventualmente ayudaron a encontrar al verdadero asesino.”

“Sea como sea, nosotros -y tú- no sabíamos que ella era ‘inocente’ en ese momento.” dijo.

“Lo sé.” dije. “Pero yo creía que lo era.”

Barnes resopló. “Y ahí está el problema. Deberías haber creído lo que los Alquimistas te decían, no salir corriendo con tus descabelladas teorías. Por lo menos, deberías haber llevado todas las evidencia que juntaste a tus superiores.”

¿Evidencia? ¿Cómo podía explicar que no había sido evidencia lo que me había llevado a ayudar a Rose sino el sentimiento de que ella decía la verdad? Pero eso era algo que sabía que nunca entenderían. Todos nosotros habíamos sido entrenados para creer lo peor de su raza. Decirles que había visto verdad y honestidad en ella no ayudarían en mi caso. Decirles que había sido chantajeada por otro vampiro para ayudarla era una explicación aún peor. Solo había un argumento que los Alquimistas podrían comprender.

“Yo… No le dije a nadie porque quería todo el crédito. Esperaba que si lo descubría, podría ganar un ascenso y una mejor asignación.”

Me tomó cada pizca de auto-control para decir esa mentira con un rostro serio. Me sentía humillada por hacer tal admisión. ¡Como si la ambición realmente me llevara a tal extremo comportamiento! Me hacía sentir vacía y superficial. Pero, como había sospechado, esto era algo que los Alquimistas podían entender.

Michaelson resopló. “Equivocada, pero no enteramente inesperado para su edad.”

Los otros hombres compartieron miradas condecendientes, incluso mi padre. Solo Stanton parecía dudosa, pero en sí, ella había presenciado más del fiasco que los demás.

Mi padre miró todos, esperando algún comentario. Cuando ninguno habló, levantó los hombros. “Si nadie tiene objeciones, entonces, preferiría que utilicemos a Sydney. No que entienda del todo para qué la necesitan.” Había un pequeño tono acusador en su voz por no haber sido bien informado. A Jared Sage no le gustaba que lo dejaran afuera.

“No tengo problema en usar a la mayor,” dijo Barnes. “Pero mantén a la menor cerca hasta que los otros lleguen, en caso de que tengan objeciones.” Me preguntaba cuantos “otros” se reunirían con nosotros. El estudio de mi padre no era un Estadio. También, mientras más gente venía, más importante era este caso. Mi piel se enfriaba mientras me preguntaba de qué se trataría esta asignación. Habíha visto a los Alquimistas cubrir desastres mayores con solo una o dos personas. ¿Cuan colosal debería ser algo para requerir tanta gente?

Horowitz hablo por primera vez. “¿Qué quieren que haga?”

“Repasar el tatuaje de Sydney.” dijo Stanton con decisión. “Incluso si no va, no hará mal reforzar el hechizo. No tiene sentido tatuar a Zoe hasta que sepamos qué haremos con ella.”

Mis ojos se posaron en las notablemente vacías -y pálidas- mejillas. Sí. Mientras no hubiera un lirio allí, estaba libre. Una vez que el tatuaje fuera blasonado en tu piel, no había vuelta atrás. Pertenecías a los Alquimistas. Esa realidad me había golpeado en el último año mas o menos. Nunca lo había imaginado mientras crecía. Mi padre deslumbrado desde temprana edad sobre la justicia de nuestro deber. Aún creía en esa justicia pero deseaba que también hubiera mencionado cuanto de mi vida consumiría.

Horowitz había preparado una mesa plegable al fondo del estudio de mi padre. Lapalmeó y me dio una sonrisa amigable. “Súbete.” me dijo. “Toma tu boleto.”

Barnes le dio una mirada desaprobadora. “Por favor. Podrías mostrar un poco de respeto por este ritual, David.”

Horowitz apenas levantó los hombros. Me ayudó a recostarme, y aunque estaba asustada de los demás como para devolver la sonrisa, esperaba que mi gratitud se mostrara en mis ojos. Otra sonrisa suya me dijo que entendía.

Girando mi cabeza, miré como Barnes reverentemente apoyaba un maletín en una mesa. Los otros Alquimistas se reunieron alrededor y apoyaron sus manos frente a ellos. Él era el hierofante, me di cuenta. Mucho de lo que los Alquimistas hacían se basaba en ciencia, pero algunas tareas requerían asistencia divina. Después de todo, nuestra misión principal de proteger a la humanidad se basaba en la creencia de que los vampiros eran eran anti naturales e iban en contra del plan de Dios.

Eso era por qué los hierofantes -nuestros sacerdotes- trabajaban lado a lado con nuestros científicos.

“Oh, Señor,” entonó, cerrando sus ojos. “Bendice este elixir. Remueve la mancha de maldad para que su poder brille puramente a través de nosotros, tus sirvientes.” Abrió el maletín y sacó cuatro viales pequeños, cada uno lleno con líquido rojo. Etiquetas que no alcanzaba a leer marcaban a cada uno. Con una mano firme y una vista entrenada, Barnes vertió cantidades precisas de cada vial en una botella más larga. Cuando vertió los cuatro, sacó un pequeño paquete de polvo que vació en el resto de la mezcla. Sentí un hormigueo en el aire, y el contenido de la botella se tornó dorado. Pasó la botella a Horowitz, quien estaba listo con la aguja. Todos se relajaron, la parte ceremonial completa, y yo obedientemente me giré, exponiendo mi mejilla. Un momento después, la sombra de Horowitz cayó sobre mi.

“Esto va a pinchar un poco, pero no como cuando te lo hicieron originalmente. Es solo un retoque,” explicó amablemente.

“Lo sé,” dije. Ya había sido reforzada antes. “Gracias.”

La aguja punzó mi piel, y traté de no moverme. Pinchaba, pero como había dicho, Horowitz no estaba haciendo un nuevo tatuaje. Simplemente estaba inyectando pequeñas cantidades de tinta en mi ya existente tatuaje, recargando su poder. Tomé esto como una buena señal. Zoe quizás no estaba fuera de peligro aún, pero seguramente no iban a tomarse la molestia de reforzar mi tatuaje si solo me iban a enviar a un centro de re-educación.

“¿Nos puedes resumir lo que está pasando mientras esperamos?” preguntó mi padre. “Todo lo que me fue dicho es que necesitaban a una adolescente.” La manera que dijo “adolescente” lo hacía sonar como un rol desechable. Peleé contra una oleada de ira hacia mi padre. Eso era todo lo que éramos para él.

“Tenemos una situación,” escuché decir a Stanton. Finalmente, tendría algunas respuestas. “Con los Moroi.”

Di un pequeño suspiro de alivio. Mejor ellos que los Strigoi. Cualquier “situación” que enfrentaban los Alquimistas involucraba a una de las razas de vampiros, y escogería a los vivos, no-asesinos cualquier día. Ellos casi parecían humanos por momentos (aunque nunca le diría eso a nadie de aquí) y vivían y morían como nosotros. Los Strigoi, por el contrario, eran retorcidas criaturas de la naturaleza. Estaban muertos, eran vampiros asesinos creados cuando una víctima era forzada a beber su sangre ó cuando un Moroi tomaba la vida de otro a propósito al drenar su sangre.

Una situación con los Strigoi usualmente terminaba con alguien muerto. Toda clase de escenarios posibles pasaron por mi mente mientras consideraba que asunto había solicitado acción de los Alquimistas esta noche: un humano que había notado a alguien con colmillos, un alimentador que había escapado y los había expuesto, un Moroi tratado por doctores humanos…

Esos eran los tipos de problemas que los Alquimistas enfrentaban mayormente, los cuales había sido entrenada para manejar y cubrir con facilidad. Por qué necesitarían a una “adolescente” para cualquiera de esos, sin embargo, era un misterio.

“Sabes que eligieron a su reina el mes pasado,” dijo Barnes. Podía prácticamente verlo rodar sus ojos. Todos en la habitación murmuraron afirmativamente. Claro que sabían acerca de eso. Los Alquimistas prestaban atención a la política de los Moroi. Saber lo que los vampiros estaban haciendo era crucial para mantenerlos en secreto del resto de la humanidad -y mantener el resto de la humanidad a salvo de ellos. Ese era nuestro propósito, proteger a nuestros hermanos. Conoce al enemigo, era tomado muy enserio por nosotros. La chica que los Moroi habían elegido como reina, Vasilisa Dragomir, tenía dieciocho años, como yo.

“No te tenses,” dijo Horowitz gentilmente. No me había dado cuenta de ello. Traté de relajarme, pero pensar en Vasilisa Dragomir me hacía pensar en Rose Hathaway. Con disconformidad, me pregunté si tal vez no debería haber asumido tan rápido que estaba fuera de problema. Piadosamente, Barnes simplemente siguió con la historia, sin mencionar mi conexión indirecta con la reina y sus asociados.

“Bueno, tan shockeante como es para nosotros, fue igual de shockeante para su propia gente. Hubo muchas protestas y disidencia. Nadie trató de atacar a la chica Dragomir, pero eso es probablemente porque está muy bien custodiada. Sus enemigos, al parecer, encontraron un reemplazo: su hermana.”

“Jill.”dije, ablandantes de poder detenerme.

Horowitz me chistó por haberme movido, e inmediatamente me arrepentí de haber llamado la atención a mí misma y a mi conocimiento sobre los Moroi. Aún así, una imagen de jillian Mastrano flasheo en mi mente, alta y fastidiosamente delgada como todos los Moroi, con grandes, ojos verdes pálidos que siempre parecían estar nerviosos. Y tenía buena razón para estarlo. A los quince años, Jill había descubierto que era la hermana ilegítima de Vasilisa, convirtiéndola en la única miembro adicional de su línea familiar. Ella también estaba atada a este desastre en el que me había metido este verano.

“Conoces sus leyes,” continuó Stanton, después de un silencio extraño. Su tono transmitía lo que todos pensábamos de las leyes de los Moroi. ¿Un monarca elegido? No tenía sentido, ¿pero que más se podía esperar de seres in naturales como los vampiros? “Y Vasilisa debe tener un miembro en su familia para mantener su trono. De allí que sus enemigos decidieron que si no pueden removerla directamente, removerán su familia.”

Un escalofrío corrió por mi espalda por el significado de ello, y nuevamente comenté sin pensar.

“¿Le pasó algo a Jill?” Esta vez, por lo menos escogí un momento en el que Horowitz estaba recargando la aguja, así que no había peligro de arruinar el tatuaje.

Me mordí el labio para prevenirme de decir algo más, imaginando la represión en los ojos de mi padre. Mostrar preocupación por un Moroi era la última cosa que quería hacer, considerando mi estado incierto. No tenía relación alguna con Jill, pero pensar en alguien tratando de matar una chica de quince años -de la misma edad que Zoe- era espantoso, no importaba a que raza pertenecía.

“Eso es lo que no está claro,” dijo Stanton. “Fue atacada, solo sabemos eso, pero no podemos decir si recibió alguna herida. Aún así, ella está bien ahora, pero el intento sucedió en su propia Corte, indicando que tienen muchos traidores.”

Barnes resopló con disgusto. “¿Qué puedes esperar? Como su ridícula raza ha podido sobrevivir tanto sin volverse unos contra otros es incomprensible para mi.” Hubo murmullos de acuerdo.

“Ridículo o no, aún así, no podemos tenerlos en una guerra civil.” dijo Stanton. “Algunos Moroi protestaron, tanto que llamaron la atención de los medios humanos. No podemos permitir eso. Necesitamos que su gobierno sea estable, y eso significa reforzar la seguridad de esta chica. Quizás no pueden confiar entre ellos, pero pueden confiar en nosotros.” No había caso en señalar que los Moroi realmente no confiaban en los Alquimistas. Pero, puesto que no teníamos intención de matar a la monarca Moroi o su familia, suponía que eso nos hacía más confiables que otros.

“Necesitamos hacer que la chica desparezca,” dijo Michaelson. “Al menos hasta que los Moroi puedan deshacer esa ley que hace al trono de Vasilisa tan precario. Esconder a Mastrano con su propia gente no es seguro por el momento, así que necesitamos esconderla entre humanos.” Desdén goteaba de sus palabras. “Pero es imperativo que también sea ocultada de los humanos. Nuestra aza no puede saber que existen.”

“Después de consultar con los guardianes, elegimos una localidad que creemos que será seguro para ella -ambos de Moroi y Strigoi,” dijo Stanton. “Aún así, para asegurarnos que ella -y quienes estén con ella- permanezcan in detectados, vamos a necesitar a un Alquimista, dedicado exclusivamente a sus necesidades en caso de alguna complicación.”

Mi padre se burló. “Eso es un desperdicio de recursos. Sin mencionar insoportable para quien sea que tenga que quedarse con ella.”Tenía un presentimiento de lo que estaba por venir.

“Aquí es donde Sydney entra,” dijo Stanton. “Nos gustaría que ella sea quien acompañe a Jillian a esconderse.”

“¿Qué?” exclamó mi padre. “No puedes hablar en serio.”

“¿Por qué no?” El tono de Stanton era calmo y nivelado. “Se aproximan en edad, así que estar juntas no atraerá sospechas. Y Sydney ya conoce a la chica. Seguramente pasar tiempo con ella no será tan ‘insoportable’ como puede ser para otros Alquimistas.”El subtítulo era alto y claro. No estaba libre de mi pasado, no aún.

Horowitz se detuvo y levantó la aguja, permitiéndome la oportunidad de hablar. Mi mente corría. Se esperaba alguna respuesta de mi parte. No quería sonar tan enojada por el plan. Necesitaba restituir mi buen nombre entre los Alquimistas y mi disposición para seguir órdenes. Eso dicho, tampoco quería sonar como si estuviera tan cómoda con los vampiros o sus contrapartes medio-vampiros, los dhampir.

“Pasar tiempo con cualquiera de ellos nunca es divertido,” dije cuidadosamente, manteniendo mi voz tranquila y arrogante. “No importa cuanto lo hagas. Pero haré lo que sea necesario para mantenernos a nosotros -y todos- a salvo.” No necesitaba explicar que “todos” significaba a los humanos.

“Ahí lo tiene, ¿ves Jared?” Barnes sonaba complacido con la respuesta. “La chica conoce su deber. Hicimos una serie de arreglos que deberían hacer fluir las cosas con suavidad, y ciertamente no la enviaremos sola -especialmente puesto que la chica Moroi no estará sola tampoco.”

“¿Qué quieres decir?” Mi padre aún no parecía contento con anda de esto, y me preguntaba qué lo enojaba más. ¿Pensaría que de verdad podría estar en peligro? ¿O simplemente estaba preocupado de que al pasar más tiempo con los Moroi daría vuelta mis lealtades aún más?

“¿Cuántos de ellos vendrán?”

“Enviarán a un dhampir,” dijo Michaelsom. “Uno de sus guardianes, el cual no tengo ningún problema. La localidad que elegimos debería estar libre de Strigoi, pero si no, es mejor que peleen ellos con esos monstruos que nosotros.”Los guardianes eran dhampirs especialmente entrenados que servían como guardaespaldas.

“Ya está,” me dijo Hporowitz, alejándose. “Puedes sentarte.” Obedecí y resistí la urgencia de tomar mi mejilla. La única cosa que sentía de su trabajo era el pinchazo de la aguja, pero sabía que magia poderosa hacia su camino a través de mi, magia que me daría una inmunidad sobre humana y prevenirme de hablar acerca de asuntos vampíricos ahumanos ordinarios. Traté de no pensar sobre la otra parte, de dónde provenía esa magia. Los tatuajes eran un mal necesario.

Los demás aún estaban parados, sin prestarme atención -bueno, excepto Zoe. Ella todavía parecía confundida y temerosa y seguía mirando en mi dirección con ansiedad.

“También vendrá otro Moroi,” continuó Stanton. “Honestamente, no estoy segura por qué, pero fueron muy insistentes en que él estuviera con Mastrano. Les dijimos que mientras menos tuviéramos que esconder, mejor sería, pero… bueno, parecían pensar que era necesario y dijeron que haría arreglos allí para él. Creo que es un tal Ivashkov. Irrelevante.”

“¿Dónde está? Preguntó mi padre. “¿Dónde quieren llevarla?” Excelente pregunta. Me estaba preguntando lo mismo.

Mi primer trabajo con los Alquimistas me había enviado alrededor de la mitad del mundo, a Rusia. Si los Alquimistas tenían la intención de esconder a Jill, no había nada dicho sobre a que remoto lugar la enviarían. Por un momento, me atreví a tener la esperanza de que podríamos terminar en mi ciudad de ensueños: Roma. Legendarias piezas de arte y comida Italiana como modo de compensar papeleo y vampiros.

“Palm Springs.” dijo Barnes.

“¿Palm Springs?” repetí. Eso no era lo que estaba esperando. Cuando pensaba en palm Springs, pensaba en estrellas de cine y canchas de golf. No era exactamente una vacación Romana, pero tampoco el Ártico.

Una pequeña, perversa sonrisa apareció en los labios de Stanton. “Está en el desierto y tiene mucho sol. Completamente indeseable para Strigoi.”

“¿No sería indeseable para los Moroi también?” pregunté, pensando a futuro. Los Moroi no se incineraban al sol como los Strigoi, pero excesiva exposición hacía débiles y enfermos a los Moroi.

“Bueno, sí.” admitió Stanton. “Pero un poco de incomodidad vale la seguridad que provee. Mientras el Moroi pase la mayor parte del tiempo adentro, no será un problema. Además, disuadirá a otros Moroi de venir y-” El sonido de la puerta de un auto abriéndose y cerrándose fuera de la ventana llamó la atención de todos.

“Ah,” dijo Michaelso. “Allí están los otros. Los dejaré entrar.” Salió del estudio y presumiblemente fue a la puerta delantera para dejar entrar a quien fuera que había llegado.

Momentos después, escuché una nueva voz hablar mientras Michaelson regresaba.

“Bueno, Papá no pudo venir, así que me envió a mí,” decía la nueva voz. La puerta del estudio se abrió, y mi corazón se detuvo.

No, pensé. Cualquiera menos él.

“Jared,” dijo el recién llegado, viendo a mi padre. “Es bueno verte otra vez.” Mi padre , quien raramente me había dirigido la mirada en toda la noche, sonrió.

“¡Keith! Me he preguntado como andarías.”

Ambos estrecharon sus manos, y una oleada de repugnancia me invadió.

“Este es Keith Darnell,”dijo Michaelson, introduciéndolo a los otros.

“¿El hijo de Tom Darnell?” preguntó Barnes, impresionado. Tom Darnell era una legenda entre los Alquimistas.

“El mismo,” dijo Keith con ánimos. Era cinco años mayor que yo, con cabello un poco más rubio que el mío. Conocía a muchas chicas que pensaba que era atractivo. ¿Yo? Yo lo encontraba vil. Era la última persona que espera ver.

“ Y creo que conoces a las hermanas Sage,” agregó Michaelson. Keith se dio la vuelta tornando sus ojos azules primero hacia Zoe, ojos que eran solo una fracción diferentes en color. Un ojo, hecho de vidrio, miraba directamente adelante y no se movía en absoluto. El otro le guiñó mientras su sonrisa se ensanchaba.

Aún puede guiñar, pensé con furia.

¡Ese molesto, estúpido, y condescendiente guiño!

Pero luego, ¡por qué no lo haría? Todos habíamos escuchado sobre el accidente que había tenido este año, un accidente que le había costado un ojo. Había sobrevivido con un solo ojo, pero de alguna manera, en mi mente, habíha pensado que la pérdida de un ojo detendría ese exasperante guiño.

“¡Pequeña Zoe! Mírate, toda crecida.” dijo cariñosamente. No soy una persona violenta, de ninguna manera, pero repentinamente tenía ganas de golpearlo por mirar a mi hermana de esa manera. Ella sonrió. Claramente aliviada de ver una cara familiar. Cuando Keith se tornó hacia mi, sin embargo, todo ese encanto y amistad desapareció. El sentimiento era mutuo.

El ardiente, oscuro odio creciendo en mi interior era tan abrumador que me tomó un momento formular una respuesta. “Hola, Keith,” dije rígidamente. Keith ni siquiera atentó igualar mi cortesía forzada. Él inmediatamente se volvió hacia los Alquimistas mayores.

“¿Qué está haciendo ella aquí?”

“Sabemos que pidieron a Zoe,” dijo Stanton. “pero después de considerarlo, decidimos que es mejor si Sydney completa este rol. Su experiencia sobrepasa cualquier preocupación hacia sus acciones pasadas.”

“No.” dijo Keith rápidamente, volviendo esa mirada de acero hacia mí.

“No hay manera de que ella pueda venir, de ninguna manera voy a confiar en una retorcida amante de vampiros para que arruine todo. Nos llevaremos a su hermana.”

Capitulo no traducido por VAMPIRE ACADEMY PERÚ

miércoles, 25 de mayo de 2011

Felicity ya leyó Bloodlines ooohhhhhhh!!!!

Ella es Felicity y trabaja en marketing en Penguin Books Australia , y ya leyó BLOODLINES


Bien  esto es oficial,  no fue bueno. Fue impresionante.
 No es de sorprender que un libro de Richelle sea mas que bueno! , asi que no tengo duda de que esta chica dice la verdad ^^.

Fuente y traduccióm : VAMPIRE ACADEMY FANSITE

Primer vistazo a BLOODLINES

lunes, 23 de mayo de 2011

Richelle espera algun dia venir a Latinoamerica =)



Bueno , hace un tiempo le escribi una pregunta a Richelle por medio del Twitter de VAPERÚ

Alguna vez has considerado venir a Latinoamerica? tal vez Perú?

a lo cual ella respondió:



Siempre he querido ver Sudamerica pero es un viaje grande para hacer por vacaciones o trabajo .Tal vez algun dia!

Video Sopiler , Richelle LEE BLOODLINES



Richelle lee las primeras paginas de Bloodlines =)


Fuente : VAMPIRE ACADEMY (FACEBOOK)

miércoles, 18 de mayo de 2011

Primer bosquejo de Rose


La imagen de la izquierda es la primera Rose que dibujo Emma Vieceli, la de la derecha es la que veremos en el comic. ¿Cual les parece mas parecida a la del libro?

Noticias

* Richelle Mead no llego a ganar en el CBC pero ha dicho que va a escribir la historia que nos prometio sobre Rose y Dimitri yendo a Rusia.
* El día de hoy debio salir publicado el primer numero del comic Storm Born pero la fecha ha sido modificado al 25. Los libros que salen en Agosto (Bloodlines, succubus revealed) no tendran cambio de fecha, el problema solo lo han tenido con el comic de la saga Dark Swan.

Sinopsis de Penguin para Bloodlines

Bloodlines Libro 1
Autora: Richelle Mead
LA SANGRE NO MIENTE
Sydney es una alquimista, una del grupo de humanos quienes hacen magia y sirven de puente entre el mundo de los vampiros y el de los humano. Protegen los secretos de los vampiros y… la vida de los humanos. Cuando Sydney es arrancada de su cama a la mitad de la noche, lo primero que piensa es que aun está siendo castigada por su complicada alianza con la dhampir, Rose Hathaway. Pero lo que está sucediendo es peor. Jill Dragomir, la hermana de la Reina Moroi, Lissa Dragomir, está en peligro mortal, y los Moroi deben ocultarla.
Para evitar una Guerra civil, Sydney es llamada para ser la guardián y protectora de Jill, haciéndose pasar por su compañera de habitación en el último lugar donde se les ocurriría que podría estar un miembro de la realeza vampira, un internado humano en Palm Springs, California. Pero en lugar de encontrar seguridad en la preparatoria Amberwood, Sydney descubrirá que el drama solo está comenzando.
Bloodlines explora toda la amistad, romance, batallas, y traiciones que hicieron al bestselling de New York Times, Vampire Academy, tan adictivo. Esta vez en un lugar mitad vampiro mitad humano donde los riesgos son más grandes y todo el mundo desea sangre.